El Bosco y el imaginario religioso medieval

El imaginario religioso en la Edad Media – El Bosco y Las tentaciones de San Antonio
Experiencia en Lengua y Literatura – Tercer año de secundaria

El Bosco y el imaginario religioso en la Edad Media

(Profesoras responsables: Ana Minniti, Laura Greco y Gabriela Gentiletti)
La obra de El Bosco tiene en sí una potencialidad muy importante como fuente del conocimiento histórico sobre la mentalidad medieval, a la vez que su prolífico mundo simbólico es capaz de sugestionar la imaginación para expandir sus fronteras.

La obra «Las tentaciones de San Antonio» permite trabajar el imaginario medieval sobre el mal, el pecado y el santo como «héroe cristiano». La maestría artística de El Bosco cumple al menos tres funciones que enriquecen la enseñanza:

• agudizar la sensibilidad,
• potenciar la memoria,
• incrementar la capacidad imaginativa

En este proyecto se «invita» a los estudiantes a «entrar y compenetrarse» con ese lejano mundo de la imaginación medieval, para observar minuciosamente la diversidad de elementos y seres que lo componen.

La observación los enfrenta al desafío de tener que poner nombre a lo inverosímil de muchos de sus personajes, a identificar situaciones que se aproximan mucho más al mundo onírico y de la ficción, que a la realidad que compartimos cotidianamente.

Otra actividad reclama la utilización de una herramienta lógica como la clasificación. Con ella deben tratar lúdicamente de hallar órdenes, regularidades en el aparente puro caos que la obra presenta.

También se han ensayado dos formas alternativas de imaginar y elaborar relatos a partir de la selección de una escena de la obra. La primera fue de forma escrita y la segunda fue elaborando un guión para radioteatro, que luego fue protagonizado y grabado para ser presentado en clase.

Finalmente, se solicitó la interpretación y la opinión personal de los estudiantes. Teniendo en cuenta el texto de Le Goff, la consigna requirió que enumeraran las posibles enseñanzas que El Bosco habría querido transmitirles a los hombres y mujeres de finales del medioevo a través de este cuadro. Conjuntamente a esto debían emitir su opinión personal sobre esas creencias.

Fase de presentación y contextualización histórica

            Cuando se realiza la presentación de la obra de El Bosco, los estudiantes ya habían leído y analizado en clase el texto de Le Goff:  “La Edad Media explicada a los jóvenes”. Se repartió un capítulo por grupo que debieron comentar, pero todos los integrantes de la clase debieron leer el capítulo 7: “El imaginario religioso en la Edad Media”.

De esta forma, la presentación pudo ser mucho más interactiva. Y cuando se introdujo datos mínimos de la biografía del pintor y las notas destacadas de la mentalidad en la Baja Edad Media, los estudiantes pudieron establecer relaciones con el texto leído.

Especialmente se trabajó el contexto geográfico del pintor. Los Países Bajos fueron durante toda la Edad Media una tierra mística. Especialmente en el Siglo XIII estaba dominado por creencias religiosas y mágicas: los fenómenos sobrenaturales, visiones, apariciones, éxtasis, se multiplicaban asombrosamente. Aquelarres, misas negras y vuelos por el aire, también eran representaciones habituales de la época y parte de creencias colectivas sobre la brujería y los poderes del demonio.

Estos datos históricos van colaborando para hacer entrar paulatinamente a los estudiantes en mundo distante, pero a la vez atractivo por su efervescente producción imaginaria. Sin la misma es difícil compenetrarse con la obra de El Bosco. Pues en la misma se condensan las preocupaciones religiosas y místicas de su tiempo. Sus imágenes  relacionan la iconografía demoníaca con motivos astrológicos, de brujería y alquimia. Asimismo retrató la vida de los santos, cuyo retiro del mundo y oración a Dios, les permitió enfrentar heroicamente a todas las formas en las que el Mal se le manifestaba a los humanos.

Antes de entrar plenamente al tema de los santos en la Edad Media, se hacen dos paradas previas: una en la en la concepción de “lo demoníaco, el mal y los pecados” con “Mesa de los pecados capitales”, óleo sobre tabla, 120 cm x 150 cm, Museo del Prado. Cada una de las imágenes incluida en la “mesa” les causa a los estudiantes asombro e interés, igualmente ocurre con cada uno de los cuatro círculos que enmarca a la mesa. En estos El Bosco, les recuerda a sus contemporáneos lo que ocurre después de esta vida: la muerte, el juicio, el infierno, el cielo.

Esto empalma muy bien con otro aspecto del imaginario religioso: la visión del más allá. En la concepción medieval cristiana, la vida terrenal es sólo un paso hacia la vida eterna. Quien ha caído en la tentación y el pecado será condenado después del Juicio Final y padecerá los fuegos del Infierno. Quien, en cambio, haya resistido las tentaciones, ascenderá a los cielos y estará en presencia de Dios y los demás seres celestiales.

Finalmente llegamos a la obra central de nuestra selección: “Las tentaciones de San Antonio”. El Bosco sintió admiración por la heroica resistencia interior de este santo eremita. El mundo y sus tentaciones son los monstruos contra los que lucha este asceta. El santo nunca lucha directamente con los males y sus monstruosidades, tampoco huye de ellos. Para combatir estas fuentes del pecado sólo basta con cerrar los sentidos y concentrarse en la visión de Dios y la vida eterna.

Fase de actividades de observación, interpretación, clasificación y recreación

            Una vez concluido el tiempo de presentación contextualizada de la obra del El Bosco, comienza la actividad de observación y registro escrito.

            El Prezi que elaboramos para este proyecto, está especialmente pensado para irse deteniendo en cada sector de la obra:

https://prezi.com/h6vdoa2kvcy1/edit/#1_24309637

Dedicamos un buen tiempo de la clase a que vayan observando pormenorizadamente, tratando de descubrir, identificar, “nombrar” y describir cada uno de los elementos presente en el tríptico: «Las tentaciones de San Antonio«, óleo sobre tabla, 131 x 238 cm,  Museo Nacional de Arte Antiguo, Lisboa.

La consigna 1, pedía: Observa la pintura y construye un listado, lo más detallado posible, de los elementos presentes en la misma.

Algo a destacar es que, si bien el tríptico parece extenso y superpoblado de elementos, en ningún momento demostraron cansancio al construir el listado. Parece ser que cuando la obra es tan sorprendente, la tarea de observar y descubrir sus detalles mantuviera la actividad constante.

Tanto la consigna 1, como la 2 y la 3 fueron realizadas individualmente. Pero la 2 y la 3 se dejaron como actividad extra-clase.

Estas eran las consignas 2 y 3:

2) a-Teniendo en cuenta que el tríptico simboliza distintos momentos de la vida de San Antonio, en los que éste se enfrenta a las tentaciones del mal: enumera las posibles enseñanzas que El Bosco habrá querido transmitirles a los hombres y mujeres de finales del medioevo a través de este cuadro.

b- Expresa tus opiniones sobre las creencias medievales: la concepción del demonio, de los pecados capitales, de la santidad, de la vida eterna, de la magia, de la hechicería, de las supersticiones.
3) Elabora distintos conjuntos en los que agrupes por similitudes a los diferentes seres (humanos, animales, monstruos) que están en la obra. Colócale a cada conjunto un título y explica cuáles son las cualidades que tienen en común.

En cambio, la cuarta consigna fue realizada en grupos de no más de tres integrantes.

4) a) Selecciona un fragmento del cuadro y construye un diálogo breve (planteo/nudo/desenlace) sobre lo que sucede en la escena.

  1. b) A partir del diálogo graba, al estilo de un radio teatro, el texto elaborado.

Cada una de las consignas fue habilitando operatorias diferentes y todas las actividades fueron realizadas con interés y dedicación.

El listado de observaciones que realizaron, en muchos casos de manera muy exhaustiva,  fue luego contrastado en el grupo clase y pudimos analizar la divergencia de miradas que genera una obra tan estructurada sobre elementos mágicos, místicos y oníricos. Las hibridaciones del tríptico no dejaban de sorprender y fueron difíciles de nombrar para algunos, que pedían ayuda a los docentes para que se les descifrara lo que era. Por supuesto que en esas situaciones, se los volvía a remitir a su propia mirada –y sobre todo a su imaginación-.

Las interpretaciones y opiniones fueron expresadas con disímil nivel argumentativo. En los mejores casos para interpretar se fundamentaron, en parte, en la teoría de la que disponían, pero sobre todo se apropiaron mucho del discurso expositivo de la presentación. Las opiniones fueron de máxima disparidad, porque aquí se remitieron a sus propias creencias personales.

Las clasificaciones se basaron en un ejercicio lúdico, pues se trataba de encontrar una lógica donde las categorizaciones de nuestro sentido común no funcionan. En la mayoría de los casos, los conjuntos quedaron ligados a niveles de mucha generalidad, remitiendo a la condición de “animales” con mezcla de algo, o “humanos” con cierta condición híbrida, o “monstruos” con tales características, o “demonios” igualmente compuestos. Pensamos que en una próxima experiencia debiéramos realizar este ejercicio como un recorte y montaje de un nuevo cuadro en soporte digital, en el que la lógica de su agrupamiento quedara implícita como título de la configuración.

Con la actividad de imaginar y elaborar relatos breves partiendo de una escena, se pudo apreciar el nivel en que la propia imaginación de los estudiantes era “contagiada” o “sugestionada” por la obra. En los guiones del radioteatro vimos hasta qué punto entraron en ese mundo signado por la cosmovisión del demonio y los pecados, donde todas las acciones humanas son codificadas e interpretadas en términos de bien y mal, de “salvación” y “condena”. En muchos de los radioteatros aparecieron escenas de brujas, de aquelarres, de pactos con el demonio. En muy pocos apareció como protagonista, en cambio, San Antonio u otro “santo”.

Lo más importante a destacar es que todos los contenidos desarrollados, toda la variedad terminológica y conceptual aprendida, fue integrada y utilizada como un nuevo “idioma” dentro de las distintas actividades. Lúdicamente fueron integrando los contenidos con la obra de arte; esta los requería para ser mejor apreciada. Luego, las actividades lógicas de observación y categorización, las aplicaron. Pero fue definitivamente, en el nivel de actividad analógica-transductiva, dentro de la libertad de sus configuraciones, donde pudo hallarse la evidencia de cómo esa cosmovisión medieval había sido apropiada y puesta en “juego”.

Imágenes del registro de observación, la clasificación y los relatos