“Expandir la imaginación… Interactuar con obras de arte”
Experiencias didácticas con arte integrado
Las experiencias fueron diseñadas e implementadas en forma paralela a la escritura de los capítulos del libro:
“El pensamiento creador en la enseñanza” de María Gabriela Gentiletti.
En muchas ocasiones, las mismas permitieron repensar y mejorar las elaboraciones teóricas.
En la mayor parte del tiempo de realización, las experiencias nos brindaron la oportunidad de constatar el interés y la sorpresa de los estudiantes al interactuar con obras de arte; así como el empeño y el disfrute que, individual o grupalmente, experimentaron al abordar las actividades de recreación.
Pudimos también corroborar la apropiación de los conocimientos cuando, después de haber interactuado con los distintos referentes de las artes integrados a los conceptos disciplinares y de haber “trabajado” con los mismos, expusieron y debatieron en torno a sus resultados.
Quizás lo más gratificante sea que, al pasar las experiencias y unos años, los estudiantes las recuerden y, junto a ellas, hayan podido recordar muchos de los contenidos trabajados.
Las obras de arte fueron, en todos los casos, las invitadas que abrieron el juego de la imaginación. Muchas de ellas causaron, al comienzo, desconcierto, perplejidad e incluso –en pocos casos- resistencia. Pero sabíamos que eso podía provocar el “conocimiento estético”. Y los alentamos a abrirse a esos mundos, a explorarlos, a interactuar empáticamente con ellos. Y entonces, se instauró el tiempo de la fiesta y el juego que nos describiera Gadamer.
Colaboraron para construir ese espacio lúdico, las operatorias del pensamiento creador, porque las actividades que diseñamos tenían un alto porcentaje de movidas analógicas-transductivas, de desterritorialización y de procedimientos de montajes.
Para que estas operatorias funcionen, fue clave la diversidad y multiplicidad de materiales de base con que organizamos las actividades, tanto de enseñanza como de aprendizaje. Si la percepción, la memoria y la imaginación trabajan conjuntamente en la creación, es porque operan por transducción, desterritorialización y montaje, sobre la base de una cantidad importante de contenidos. Entonces, fue necesario tanto lo visual como lo verbal, lo analógico como lo lógico, lo escrito como lo oral, lo individual como lo grupal, las actividades de aprendizaje, pero también las de enseñanza.
Las actividades de presentación, modelado, orientación y co-evaluación de parte de los enseñantes, fueron fundamentales. Es muy importante la selección previa y la composición de contenidos y materiales; asimismo, es preciso también organizar una buena preparación de inicio, en la que se puedan mostrar las obras de arte con marcos explicativos que movilicen la participación interactiva, las actividades de observación, de formulación de interrogantes, de interpretación, de diálogo.
Durante la realización de actividades de recreación, también es imprescindible que los profesores funcionen como “co-pensores”, como guías, y que sólo en los puntos necesarios señalen los errores o las revisiones a realizarse. Al fin, se ha de generar un espacio de auto-evaluación o co-evaluación, tanto a nivel individual como grupal. En estos sentidos, el aula se transforma en una “zona de desarrollo intermental” en la que el proceso de creación puede ser compartido y potenciado.
En todas las experiencias que vamos a presentar, los contenidos disciplinares ya habían sido trabajados, por lo que la interacción con obras de arte y las actividades de recreación, constituyeron una fase que colaboraron con la apropiación enriquecida de los conceptos.
En cada experiencia o proyecto, es preciso pautar las actividades, los materiales, los roles y, especialmente, los tiempos. Esto ha requerido de un diseño previo cuidadoso, de una implementación siempre atenta a sus efectos y de una evaluación compartida de cada instancia.
Finalmente, y hay que decirlo, porque de lo contrario estaríamos siempre en la pura especulación, en el puro camino recorrido sin llegar a corroboraciones claras, debemos decir que los aprendizajes resultaron realmente valiosos, emocionalmente compuestos y, sin duda memorables para los alumnos. Esto lo hemos comprobado en posteriores situaciones didácticas, en la que constatamos la mejora de sus intervenciones, el incremento de su capacidad analítica y de composición. Las experiencias propiciaron entonces otros aprendizajes, no sólo de los contenidos, sino de las operatorias mentales que participan en los procesos de creación.
Aquí las EXPERIENCIAS: